En este año jubilar de la Misericordia , la Iglesia da gracias a Dios por sus sacerdotes, porque ellos han sido elegidos para anunciar la maravillas de Dios y su Misericordia al mundo entero.
Todos hemos cruzado la Puerta Santa , unos cojeando, otros con carrito, otros un poquito mejor, pero todos hemos entrado en la casa de la Misericordia...
Que la lectura de este libro sirva para no olvidar nunca la Misericordia que Dios, nuestro padre, siente por todos y cada uno de nosotros.