Desde la hoguera, en torno a la que se reunía la familia de humanoides en el claro del bosque prehistórico, hasta el espacio que el hombre de hoy dedica en su vivienda a la elaboración y al consumo de su alimento, media nada más nada menos que la historia entera de la evolución de la Humanidad. Y lo maravilloso es que, en todo este tiempo infinito, algo ha permanecido inmutable : la necesidad imperativa que siente el hombre de reunirse con otros de su misma especie para comer, ya sea en el mismo lugar donde él mismo cocina, o en otro, donde otros cocinan para él.
El espacio culinario, gracias a esta necesidad atávica, pasa a ser así el núcleo vital en torno al cual, del fuego al fogón, se ha desarrollado la sociedad de los hombres.
El arquitecto Miguel Espinet, quien, hace ya muchos años, dedica parte de su tiempo a los vinos y a la cultura gastronómica, era tal vez una de las pocas personas en poder, gracias a su doble afición, de esbozar la trayectoria de este espacio, examinar en qué consiste hoy tanto en la vivienda unifamiliar como en la actividad profesional y sugerir cómo podemos utilizarlo de una forma más cómoda y más amena, destinados como estamos a vivir en él tantas horas de nuestra vida. En cierto modo, este libro puede convertirse en algo así como una guía de cómo montar su espacio culinario en casa, si es usted un profesional de la cocina, sin derroche de metros cuadrados ni de aparatos deslumbrantes, a veces inútiles y siempre caros, pero también sabiendo aprovechar todos los elementos que la imaginativa e ingeniosa industria pone a nuestro alcance.