«¿Quién es la Dama de la Luna ?», pregunta la niña. «La señora Chang-O. Vive en la luna y esta noche es la única ocasión en que puedes verla y conseguir que se cumpla un deseo secreto», le responden. «¿Qué es un deseo secreto ?», vuelve a preguntar la niña. «Es lo que quieres pero no puedes pedir», le contestan.
Adaptado por Amy Tan a partir de su famosa novela El Club de la Buena Estrella, La Dama de la Luna empieza en una ociosa tarde de lluvia de una ciudad de Estados Unidos, cuando Nai-nai oye a sus nietas exponer sus deseos. Al recordar los viejos tiempos en los que ella también había manifestado los suyos, Nai-nai les cuenta cómo, cuando todavía era una niña y vivía en China, durante el festival de la Luna descubrió la naturaleza de los deseos —de dónde provienen y cómo conseguir hacerlos realidad. . . Los historiados y coloridos dibujos de Gretchen Schields, en la tradición china del arte popular de ilustrar libros de cuentos, dan vida a esta gran aventura que es descubrirse, gracias a la ficción, a uno mismo.
El primer texto de Amy Tan, «Lo que significa para mí una biblioteca», lo escribió a lo ocho años. Algo anunciaba ya la futura escritora que, a su vez, contribuiría con sus propios libros a llenar de historias las estanterías y la imaginación de mayores y pequeños. Su primera novela, El Club de la Buena Estrella, fue elegida por la Asociación Norteamericana de Bibliotecas el Mejor Libro para Jóvenes Adultos, además de ser una de las novelas más vendidas en su país en los últimos cuatro años. En 1991 publicó La esposa del Dios del Fuego, que fue recibida con el mismo entusiasmo por la crítica y sus lectores. Antes de dedicarse a escribir novelas, Amy Tan trabajó como asesora para los programas de desarrollo de habla en los niños con transtornos nerviosos y psíquicos.
Gretchen Schields lleva veinte años ilustrando libros, revistas, créditos de películas y tapas de libros. Trabaja también en publicidad y moda. Ha merecido varios premios como ilustradora en los distintos terrenos en que desarrolla su actividad.