Miserables y locos es la insólita historia de dos instituciones que hoy constituyen para nosotros un auténtico grano, a veces doloroso, a veces incómodo, en todo caso difícil de curar, que son la Cárcel y el Manicomio, sustentadas a su vez por otras dos que les son inseparables : el Orden Público y la Medicina.
Fernando Alvarez-Uría nos explica cómo a partir del siglo XVIII, al llegar a su fin el mundo mítico, en el que el malo era a la vez el pícaro, el simple, el herético y el endemoniado, la Razón extiende sus dominios, acompañada —cómo no— de su contraria, la Locura. Es precisamente cuando el mal pasa a tener dos caras bien diferenciadas : la del Loco y la del Miserable, un delincuente en potencia.
En España, este proceso se consolidará gracias a un hecho insólito : Carlos II, último rey de la casa de Austria, muere hechizado, dando fin así a toda una dinastía y a un sistema socio-político. Así pues, el fantasma de la locura y, con él, el auge de la Razón entrarán paradójicamente en España mediante los hechizos del Monarca. . .
Como vemos, el libro de Fernando Alvarez-Uría se asienta fundamentalmente sobre una documentación histórica abundante que puede satisfacer al especialista más exigente. No obstante, la intención real del autor fue la de elaborar una historia para el presente, o mejor aún, una historia en presente, según expresión de Robert Castel, el conocido teórico francés que prologa este libro. “Esta obra” sigue diciendo Castel, “se inscribe en el marco de esa nueva alianza entre teoría y práctica que, desde hace unos diez años, intenta redefinir las condiciones del trabajo intelectual.”