«Ignoro si es legítimo hablar del fin del hombre, pero estoy seguro de la caída de todas ficciones en las que hemos vivido hasta la fecha». Esta no puede ser más que la certeza de un desengañado, de un incrédulo.
E.M.Cioran es, sin duda, el más heterodoxo de los pensadores actuales. Un heterodoxo de la heterodoxia, un hereje dentro de la herejía. Negador puro, disidente de todos los sistemas, disconforme con todas las doctrinas, no es de los que destruyen para compensar con otra cosa lo destruido, sino para dejar al hombre solo consigo mismo, para hostigar su buena conciencia y enfrentarlo con la necesidad de aceptar el desmoronamiento de unos fundamentos corruptos : su civilización, su cultura, sus creencias, sus proyectos.
No es de extrañar, pues, que Cioran desee el retorno a la ignorancia, a la ante-historia, al momento anterior al accidente que nos obligó a nacer, pues, para él, el incoveniente mayor del hombre es haber nacido. Tampoco sorprende, por lo tanto, que él mismo se pregunte : «Por qué no me mato ? Si supiese exactamente lo que me lo impide, no tendría más preguntas que hacerme (…). Además, ¿por qué depondría las armas ? No he vivido todas las contradicciones, conservo siempre la esperanza de un nuevo impasse».
Los textos que ahora presenta Esther Seligson, joven escritora y ensayista mexicana, con el título de Contra la historia (título sugerido por el propio autor a Esther Seligson de quien es su amigo), reúne escritos que aún no han sido publicados en España (Histoire et utopie, 1960 ; Syllogismes de l´amertume, 1952 ; La chute dans le temps, 1964 y De l´inconvénient d´être né, 1973 ) así como tres ensayos totalmente inéditos.
Penetrar en el pensamiento «subversivo» de Cioran conmociona lo suficiente como para practicar esta iniciación de una forma lenta y gradual. Este libro puede servir de introducción, de primera aproximación, a la lectura de Breviario de podredumbre (1972), La tentación de existir (1973) y El Aciago Demiurgo (1974), al alcance ya del lector español gracias a las espléndidas traducciones de Fernando Savater y a Taurus Ediciones.