Lu Hsun escribió tres libros de cuentos y varios más de ensayos políticos y literarios. Una crispación permanente se desprende de su obra de ensayista ; no es de extrañarse : si todo tiempo suele ser terrible, el que le tocó a Lu Hsun es uno de los peores. Su vida consistió en un constante y hostilizado deambular por las oficinas de redacción, universidades y colegios dispersos en el vasto territorio de China. Atropellado por señores feudales y militares sanguinarios, irritado por el servilismo de los falsos vanguardistas, por el culto al pasado de eruditos tradicionales y el fanatismo de los sectarios ; agobiado, sobre todo, por un marco histórico en que la corrupción y la violencia son las notas destacantes, tales ensayos expresan de una manera lúcidamente contradictoria las disyuntivas entre realidad personal y condicionamiento histórico, aspiraciones a la felicidad inmediata y lucha violenta por un futuro distinto, tradición y vanguardia, cultura nacional y dimensión universal, decepción y esperanza políticas.
Sus relatos recrean, en una clave distinta, la misma temática. En los cuentos de Lu Hsun, el presente se sitúa en una dimensión sin contornos precisos, en un momento de neutralidad histórica en que el pasado ha dejado de ser vigente y el futuro aún no se vislumbra. Es un mundo desolado, apagado, apaleado, en el que la razón ha perdido todo prestigio. La locura arrasa el universo y lo somete a sus leyes : quienes intuyen la insensatez de este mecanismo son declarados «locos» y de esa manera reducidos al silencio, para que los auténticos locos, los revestidos con la máscara de la sensatez, puedan continuar el juego.