Gertrude Stein se considera un genio. Y lo fue.
Pese a ello, sigue siendo prácticamente desconocida ; la desconocen incluso a veces aquellos que parecen saberlo todo de la Literatura. Gertrude Stein, en la mayoría de lo casos, es sólo recordada como aquel personaje excéntrico que vivió en parís cuando París era una fiesta. Pero Gertrude Stein no tenía prisa, sabía muy bien que su obra no se consumiría. Había escrito ya The Making of Americans (mil páginas de crónica familiar, en preparación en Barral editores), Three Lives, Tender Buttons, Los Retratos, los viajes, los ensayos críticos, la obras de teatro, cuando publicó en 1933 Autobiografía de Alice B.Toklas (Edit. Lumen, 1967) cuya autocrítica irónica escribe en Everybody´s autobiography (en Tusquets Editores).
Gertrude Stein conmocionó la prosa norteamericana de los años veinte. Bajo la influencia de sus amigos Picasso, Braque y Gris, en particular, con los cuales compartió las mismas inquietudes estéticas, Gertrude Stein ya no podía escribir sin tener en cuenta elementos que hasta entonces habían sido propios únicamente de las artes plásticas. Así, puede decirse que Gertrude Stein es una escritora cubista.
Y cubistas son sus Retratos. Un mismo concepto está presentado ya no como una sola imagen a ser contmplada desde un único punto de vista, sino a la vez desde todos los puntos de vista posibles. Lo que parece repetición no es más que la misma frase compuesta desde otro punto de vista : para Gertrude Stein una rosa no es «una flor», sino que «A rose is a rose, is a rose, is a rose. . . »