Resulta superfluo subrayar el interés de la traducción del Corpus Hippocraticum, ese conjunto de cincuenta y tantos tratados médicos que representan la primera biblioteca científica del Occidente, y que remontan, en su casi totalidad, a fines del siglo V y comienzos del IV a. C. Es decir, a la época en que vivió Hipócrates y la generación de sus discípulos directos. No sabemos cuántos de estos libros fueron escritos por el "Padre de la Medicina", pero se percibe en el conjunto una común orientación coherente e ilustrada, un afán de racionalidad y profesionalidad que bien puede deberse al maestro de Cos. La llamada "cuestión hipocrática" (la referente a la autoría concreta de los tratados) no es esencial. Mucho más importante es comprender el alcance de esta medicina, su empeño humanitario, su afán metódico, y sus limitaciones también. No sólo para la historia de la ciencia médica, sino también para el conocimiento cabal de la cultura griega, todos estos textos son de un gran valor. Éste es el primer intento en España de verter al castellano todos los tratados que integran el Corpus Hippocraticum, utilizando las ediciones más recientes de los textos griegos, anotando las versiones y añadiendo introducciones breves a cada tratado, además de la Introducción General que sitúa el conjunto en su contexto histórico. Ya han aparecido siete tomos, a los que seguirán otros dos para completar la integridad de la Colección. Junto a textos bien conocidos, se han traducido ya otros mucho me-nos habituales en otras lenguas modernas, como, p. e., todos los de Ginecología (t. IV), una novedad en nuestra lengua.