Docentes de infantil. Luthiers del futuro, es la tercera entrega de la trilogía InnovArte Educación Infantil. Si en el primero, Los hilos de infantil, bajo el símil de unas tejedoras de mantas, las autoras establecían las veinte constantes que deben estar presentes en toda práctica educativa infantil, y en el segundo, El latido de un aula infantil. Elogio de la cotidianidad, los diez ejes temáticos que cabe abordar en la etapa, ahora se centran en la docencia, el cómo ser y estar en la escuela en un momento tan complejo como el actual, en el que, a las dificultades derivadas de los hábitos o tendencias imperantes, se suman las consecuencias de la crisis económica y social que tanto impacta en las vidas de niñas y niños.
Partiendo de la comparación de la docencia con el oficio de los lutieres, van a aproximarse a cuestiones como las concepciones y principios educativos, la didáctica, la diversidad, la formación del profesorado, las actividades y la satisfacción profesional. Como ellos, afirman que la acción más crucial es «poner el alma», esa minúscula pieza que conecta la parte inferior con la superior, cuya carencia produce un sonido hueco, disperso y desordenado.
Si bien los lutieres construyen, afinan, tasan y reparan instrumentos, las hermanas Abelleira analizan las polarizaciones pedagógicas y didácticas que se han vivido en las últimas décadas y delimitan el espacio que queda entre el todo vale y el nada está bien; entre la idealización romántica y la descarnada realidad; entre la utopía frustrante y la distopía real; entre la libertad de cátedra y el totalitarismo metodológico; entre la tiranía del activismo y las ataduras del laissez faire; entre la santurronería pedagógica y el agnosticismo experiencial; entre el absolutismo discente y la dictadura docente; entre la condescendencia emocional y la asepsia académica; entre la aculturación elitista y la banalización festiva; entre el adelantar acontecimientos y el retardar tiempos; entre la sacralización de los aparatos y el anacoretismo tecnológico; entre la rigidez programática y el espontaneísmo perpetuo; entre la carestía de límites y el hartazgo de preceptos; entre el pesimismo colectivo y el heroicismo fatuo; entre la diferencia niveladora y la igualdad segregadora, y entre fundamentalismos extemporáneos y anacronismos presentes.
Un libro necesario para quien quiera conocer cómo se vive una profesión con compromiso con la sociedad del futuro, norteada por el humanismo humano y la utopía posible.