El cambio climático tiene un origen antropogénico que hoy en día es indiscutible. Desde hace más de un siglo se observa que el clima está cambiando a un ritmo que no tiene precedentes. La quema de combustibles fósiles, así como la demanda de energía sin límites de los países desarrollados y sus hábitos de consumo, han hecho que se generen emisiones adicionales de gases que antes estaban en equilibrio en nuestro sistema climático. Las consecuencias en nuestras sociedades cada vez son más relevantes: la pobreza, la desigualdad, las migraciones o los conflictos que se ven exacerbados por los impactos de la variabilidad climática causada por el ser humano. A lo largo de estas páginas se analizarán estos aspectos y por qué son cruciales el compromiso y la fuerza de toda la comunidad internacional. Sin ellos, nuestras sociedades están avocadas a una vida de muy baja calidad. Los impactos ya son visibles y las generaciones venideras tendrán que asumir unos riesgos que no les corresponden.