LAS MUJERES DE CAMPBELL SON PELIGROSAS Y VULNERABLES, BELLAS Y EXTRAÑAS, FEROCES E IMPREDECIBLES. CRÍAN TERNEROS Y DESPELLEJAN BAGRES, TRABAJAN DURO, SE DESEMPEÑAN BIEN CON LAS ARMAS Y, A VECES, BEBEN SIN MEDIDA PARA COMBATIR LA SENSACIÓN DE VACÍO. SABEN LO QUE ES NACER Y ENVEJECER ENTRE DESGUACES, FOSAS SÉPTICAS, TRITURADORAS, ZARIGÜEYAS ATROPELLADAS Y MACHOS INTRUSOS. VECINDARIOS POBLADOS DE MUTANTES, GENTE MARCADA Y DESPOJOS DE CIRCO. UN MUNDO EN EL QUE LA BELLEZA NO DEJA DE SER UNA ABERRACIÓN, ALGO QUE DESPIERTA LA CURIOSIDAD, EL INSTINTO ANIMAL Y LA VIOLENCIA, Y DONDE LAS MADRES REZAN PARA QUE SUS HIJAS SE CASEN CON HOMBRES QUE NO LAS AVERÍEN. MUJERES QUE AMAN DESAFORADAMENTE Y QUE EMERGEN VICTORIOSAS DE TODAS SUS CUITAS: LASTIMADAS, SÍ, PERO FORTIFICADAS Y CON LA LECCIÓN APRENDIDA.