Esta es la primera novela de Susana Constante y también la primera en ser galardonada con el Premio “La sonrisa vertical”, concedido en homenaje a López Barbadillo y creado en 1978 por Tusquets Editores para enriquecer, fomentar y divulgar un género tan maltratado en nuestro país como el de la narrativa erótica.
El resultado de esta primera convocatoria nos deparó una doble agradable sorpresa : la de poder descubrir una obra que revela a una auténtica escritora y la de comprobar que una primera novela, escrita en 1976-77, por lo tanto mucho antes de la creación de este Premio, haya sido concebida en el terreno del erotismo, como un sistema de conocimiento no sólo del ser humano, de las posibilidades y los límites de un cuerpo pensante que se mueve y se comunica, sino también de su relación con los demás.
La educación sentimental de la señorita Sonia se desarrolla en una atmósfera evocadora de unos personajes centro-europeos a fines del siglo XIX que, tras un viaje en ferrocarril eróticamente complejo, transcurren unos días en una villa donde cada uno hace su diversa experiencia del pecado original. En realidad, el auténtico protagonista es lo erótico, motor incansable de todo acto y pensamiento.