Desde su nacimiento en una isla de Hawai hasta su último refugio en un pantano de Louisiana, viven unidos para siempre dos hermanos siameses. Cierta noche fallece uno de ellos. Mientras vela el cadáver y la lenta corrupción de su propio cuerpo, condenado a su vez a morir, el otro escribe la azarosa historia de dos seres destinados, por su naturaleza monstruosa, a no ser nunca lo que son realmente. Raptados aún muy jóvenes por un marino inglés para exhibirlos, son secuestrados otra vez, mientras se trasladan a Europa, por el emperador de Siam, coleccionista de rarezas humanas. Tras toda suerte de hazañas consiguen finalmente llegar a Londres, donde se ganan muy bien la vida exhibiéndose en extraños ejercicios y desde donde trasladan su múltiple existencia a los Estados Unidos. Mientras accede al umbral de la muerte, el autobiógrafo revive todos los personajes que fue o pudo ser y, al igual que el dios Proteo, descubre que, al convertirse en cualquiera, en realidad no es nunca nadie.