La actividad literaria se presenta como una ocupación marginal en la vida de Horozco, dedicado preferentemente a sus ocupaciones jurídicas. (...) Escribía para su propio divertimento. De sus cuatro obras dramáticas, Horozco llama representación a la primera, segunda y cuarta; entremés, a la tercera. Las obras del primer grupo representan, dan realidad escénica en cada caso a una materia argumental preexistente y articulada.