La obra de Mercedes Espiau plantea el estudio arquitectónico-urbanístico de uno de los fragmentos más significativos de la ciudad de Sevilla. Se trata de la manzana constituida por la antigua fábrica de monedas y sus construcciones adyacente, cuya estructura compacta y unitaria se descubre constante a lo largo de su evolución histórica. El carácter funcional de su arquitectura, la vinculación de los terrenos a la Corona, y la intervención de los principales arquitectos activos en cada momento de su desarrollo, definen al conjunto como un lugar emblemático dentro de la ciudad en el que se detectan tipologías arquitectónicas, soluciones estéticas y proyectos urbanísticos en permanente relación con la totalidad del ámbito ciudadano. Con este planteamiento la autora pretende incidir en el conocimiento de la génesis y evolución del espacio urbano, a través del análisis exhaustivo de un núcleo individualizado de su trama. De esta forma, las realizaciones arquitectónicas y urbanísticas concretas son entendidas como signos de una realidad contextual más amplia, a partir de la cual se puede llegar a un mayor grado de comprensión de la forma urbana y su significado.