Lo más fácil habría sido hacer un libro sobre Miquel Montoro
y sobre como su “Hòstia, pilotes!” le ha convertido en un
personaje mediático de primer orden. Pero nos gustan los retos
y el nuestro ha sido intentar ir más allá y preguntarnos si Miquel
Montoro puede ser el símbolo de un cambio vital, si los valores
que defiende —consumo de productos de proximidad, pagar
precios justos a los payeses, valorar su trabajo y autenticidad—
se pueden aplicar hoy en día. Sociólogos, escritores, profesores
de universidad, payeses y periodistas reflexionan sobre lo que ha
significado el fenómeno Miquel Montoro y si es posible vivir del
campo hoy en día.
Miquel Montoro tiene más de 160.000 seguidores en su canal de Youtube
y casi 600.000 en Instagram. Es en esta última red social donde cuelga un
vídeo expresando su satisfacción por el hecho de que su madre, Sandra,
ha hecho albóndigas para comer. Y lo dice con una frase destinada a
hacer historia: “Hòstia, pilotes, que són de bones, m’encanten”. Esta
muestra espontánea de amor se convierte unos meses después, y sin que
nadie sepa por qué, en viral, y de repente comienza a circular haciendo
que adolescentes de tota España que nunca habían dicho ni una palabra
en catalán la incorporen con total normalidad a su repertorio de frases
hechas (aunque descontextualizadas). De ahí a aparecer en el programa
más rompedor que se emite en estos momentos en la televisión española,
La Resistencia, hay solamente un paso. Y después todo el mundo se
rinde a Miquel Montoro, que ya no es el niño del ”hòstia pilotes” sinó
Miquel Montoro Fons, con nombre y apellidos.