Fue la mujer encargada de limpiar el apartamento que se alquilaba por días en el barrio de Gràcia de Barcelona, quien la mañana del 21 de febrero del 2008 descubrió el cuerpo sin vida de Ana María Páez Capital. La joven, de treinta y seis años, estaba completamente desnuda sobre un sofá y llevaba atada una bolsa de plástico en la cabeza. Junto al cadáver, los investigadores de los Mossos d’Esquadra solo encontraron una peluca y un par de botas negras. En los primeros momentos, los policías del Grupo de Homicidios se plantearon la hipótesis de una muerte por asfixia sexual. Una tesis que se desvaneció en cuanto llegaron a las dependencias policiales las primeras imágenes de una misteriosa y atractiva mujer que, haciéndose pasar por la víctima, sacaba dinero de la cuenta corriente de la joven asesinada. La investigación se centró entonces en ella, María Ángeles Molina Fernández, Angi, la asesina que durante varios años fue capaz de seducir a los responsables de varias entidades bancarias que le concedieron, sin ningún tipo de control, préstamos y seguros que firmó con la identidad de su amiga asesinada.
El libro reconstruye la minuciosa investigación de los Mossos d’Esquadra que dio al traste con el plan que durante meses diseñó esta mala mujer para tratar de emular un crimen perfecto. Angi pretendía hacer pasar a Ana por una joven con una doble vida. Los policías son los protagonistas de este relato basado todo en hechos reales, que cuenta, además, con la mirada y los sentimientos en primera persona de la periodista de sucesos que en su día publicó la investigación y que a punto estuvo de ser imputada por la jueza que dirigía el caso.