Escribí este libro en 2008. Lo escribí porque echaba de menos a una chica. Nos conocimos en un intercambio escolar pero luego se
esfumó. Pasamos un tiempo escribiéndonos cartas y poco a poco fuimos perdiendo el contacto.
Entonces tenía dieciséis años y tecleé estas líneas sin saber que diez años después lo leería alguien, como tú, así que me da un poco de reparo enseñar este texto lleno de rabia, lágrimas y amor adolescentes.
Recuerdo el día en que un editor americano me escribió diciéndome que quería publicarlo. Mi madre, que ahora está muerta, por fin
pudo sentir que todas las pellas que hacía su hijo para escribir en la biblioteca habían servido para algo.
Este libro, que surgió de un momento muy duro para mí entonces, es el origen de todas las cosas buenas que me han pasado en la vida. Te recomiendo que lo leas en una noche en la que sientas que no hay nadie para ti en este planeta.