Un libro visionario que rescata escritos desperdigados aquí y allá (Letras Libres, Cuadernos de Jazz, Rockdelux. El Mundo, El Heraldo de Aragón, EnlaceFunk) con la permanente vocación de agitar las emociones y catalizar las transacciones neuronales, en busca de universos paralelos que habitan en éste aunque permanezcan casi siempre en la oscuridad. De esa lacerante oscuridad hablan estas páginas, enlazando con precisión quirúrgica palabras y recuerdos, aforismos y disecciones punzantes que hermanan a Mario Pacheco con Nina Simone, a Cesaria Evora con Ry Cooder, a Lila Downs y una miríada de artistas mixtecas con Ravi Shankar y las primaveras árabes, a Jimi Hendrix con Café Tacuba, a Camarón con los tropicalistas.
Como sabemos quienes amamos la música más allá de lo razonable, las canciones se disparan directo a las vísceras, emulsionan mejor entre convulsiones de electricidad lisérgica, como estampas de un mundo flotante que te calará los huesos. Algo que el autor reivindica cada domingo por la noche desde “Sonideros”, en Radio 3, Radio Nacional de España, agitando el dial con la música y la letra de una revolución tranquila, la del misticismo panteísta y telúrico de los olvidados.